4.2 Historia y fundamentos de los Entornos Amigables con la Demencia.
4.2.1. Breve historia del diseño ambiental.
El entorno físico tiene una especial influencia en las personas en situación de dependencia, y en las personas que sufren deterioro cognitivo. Es necesario diseñar entornos que promuevan la máxima autonomía e integración, así como el bienestar físico y psicológico y maximizar las capacidades de las personas, es decir, entornos facilitadores.
La competencia personal depende de factores como la salud, las capacidades sensoriales y las habilidades cognitivas y motoras. La demanda ambiental, por su parte, viene determinada por las características físicas reales del entorno y por las subjetivas.
Hay varios factores y características ambientales que están relacionados con el bienestar objetivo y subjetivo, por ejemplo: la accesibilidad, la seguridad, la luz, el ruido, el tipo de acceso, la vista al exterior, la decoración, la privacidad, los espacios de socialización, el tamaño de las habitaciones, su organización o visión, etc.
Los entornos deben responder a la realización de las actividades de la vida cotidiana, el ocio, la socialización y en definitiva el día a día en ellos. Deben dar una respuesta específica a las necesidades particulares de cada persona, permitiéndole poder utilizar las habilidades que mantiene y reduciendo su frustración, para que alcance la mayor calidad de vida.
Hay ciertos aspectos clave que se desarrollarán a continuación y que promueven los objetivos que se persiguen: la sensación familiar, la interacción social, la personalización o la estimulación sensorial son esenciales para que una persona en situación de dependencia pueda hacer uso de sus capacidades, para poder orientarse dentro de un espacio o mantenerse tranquila y sosegada.
En este sentido, la adaptación ambiental de los espacios debe formar parte de un proceso asistencial completo para poder adaptarse a las necesidades de las personas y mejorar su calidad de vida, que debe abarcar todos los ámbitos que determinan un nuevo modelo de atención: organizativo, estructural, ambiental, funcional, profesional, etc.
4.2.2 Demencia y entornos.
As you have already seen, dementia is a clinical syndrome characterized by a persistent and progressive deterioration of higher brain functions (memory, language, orientation, calculation or spatial perception, among others).
This deterioration entails a loss of the autonomy of the patient, who becomes increasingly dependent on others, as well as a detriment to the social, work and leisure activity of the patient and the their caregivers.
All the symptoms of dementia are related in some way to the environments around people. Let’s see some examples.
Como ya ha visto, la demencia es un síndrome clínico caracterizado por un deterioro persistente y progresivo de las funciones cerebrales superiores (memoria, lenguaje, orientación, cálculo o percepción espacial, entre otras).
Este deterioro conlleva una pérdida de la autonomía del paciente, que se vuelve cada vez más dependiente de los demás, así como un detrimento de la actividad social, laboral y de ocio del paciente y de los cuidadores del mismo.
Por tanto, una demencia es un síndrome, un conjunto de síntomas que suelen aparecer juntos y que producen toda una serie de consecuencias en las personas que los padecen.
Podemos clasificar los síntomas en tres grandes grupos:
- Síntomas cognitivos.
- Síntomas psicológicos y conductuales.
- Alteraciones funcionales.
Todos estos síntomas están relacionados de alguna manera con el entorno que rodea a las personas. Veamos algunos ejemplos.
1-PÉRDIDA DE MEMORIA: CARACTERÍSTICAS
La pérdida de memoria es el síntoma principal y más característico de esta enfermedad. Existen varios tipos de memoria:
-Memoria inmediata. Es la que utilizamos para retener información importante o necesaria durante un tiempo determinado (unos segundos).
-Memoria reciente o a corto plazo. El almacenamiento de datos va desde unos días hasta varias semanas. La pérdida de este tipo de memoria implica que la persona no será capaz de recordar eventos que han ocurrido recientemente. Al principio, se olvidarán hechos ocurridos hace unos días y ese tiempo se irá acortando hasta que, en fases avanzadas, no se recordará lo que se hizo hace unas horas o unos minutos.
-Memoria remota o de largo plazo. Este tipo de memoria es capaz de almacenar grandes cantidades de datos de nuestra biografía hasta recordar hechos lejanos, quiénes somos, qué hemos hecho, cómo ha transcurrido nuestra vida.
En la persona que padece Alzheimer, la memoria remota dura más tiempo, perdiéndose antes la memoria a corto plazo y los acontecimientos más cercanos.
Las personas con Alzheimer tendrán dificultades para recordar y organizar los acontecimientos ocurridos en su vida. Al principio, los recuerdos lejanos permanecerán intactos, mientras que los acontecimientos más recientes se perderán antes.
A veces, el paciente recuerda su vida pasada como si fuera un acontecimiento actual y, por tanto, puede olvidar que tiene nietos, hijos o que creen que aún viven en el pueblo.
PÉRDIDA DE LA MEMORIA: RELACIÓN CON EL ENTORNO
Estos déficits de memoria merman la capacidad de aprendizaje de las personas con demencia, lo que puede dar lugar a problemas como una gran desorientación en lugares nuevos, el olvido de dónde están determinadas habitaciones o dónde se guardan las cosas, así como dificultades para aprender nuevas rutinas o para utilizar objetos no familiares.
Todos estos problemas se agravan cuando la persona con demencia es institucionalizada y, por tanto, introducida en un nuevo entorno. Una forma de paliar el efecto de un nuevo entorno es introducir elementos nostálgicos que fomenten la reminiscencia de acontecimientos vitales (álbumes de fotos, cajas de recuerdos, etc.).
2-DESORIENTACIÓN: CARACTERÍSTICAS
-Orientación temporal: comienza a perder la noción de la fecha en la que se encuentra, no reconoce el día, mes y año exactos, etc.
-Orientación espacial: comienza a desorientarse en espacios poco conocidos o familiares y se pierde. Posteriormente se pierde en lugares más conocidos. Por último, pierde la orientación dentro de su propia casa y no sabe ubicar las diferentes habitaciones.
-Orientación personal: el paciente con demencia, ya en fases moderadas, deja de tener conocimiento de su yo y no sabe quién es: ni sus gustos y aficiones, en qué ha trabajado o por qué miembros está compuesto el entorno y su familia.
Las personas con demencia pierden primero la orientación temporal, más tarde la espacial y finalmente la personal.
DESORIENTACIÓN: RELACIÓN CON EL ENTORNO
Cuando el entorno de una persona con demencia es sencillo y apenas cambia, la sensación de seguridad aumenta y, por tanto, las dificultades de orientación se alivian.
En este sentido, las señales visuales, las indicaciones y los carteles -dibujos, palabras, flechas, etc. – favorecerán no sólo la orientación en el entorno habitual, sino que también recordarán la función de, por ejemplo, los armarios.
Además de estas consideraciones, es importante que las vías principales estén libres de obstáculos.
LA MARCHA SIN RUMBO: CARACTERÍSTICAS
Cuando una persona con demencia todavía puede caminar o apoyarse, otra posible forma de expresión de la ansiedad descrita es a través de la marcha errática o sin rumbo.
Las personas caminan y caminan sin un destino específico, moviéndose de un lugar a otro sin ningún propósito. Esta deambulación errática tiene un riesgo añadido como es el riesgo de caídas o de huida y pérdida.
LA MARCHA SIN RUMBO: RELACIÓN CON EL ENTORNO
Las actuaciones contra este comportamiento se dirigen a tres aspectos clave:
-La necesidad de establecer itinerarios seguros donde puedan deambular erráticamente.
-La necesaria eliminación de obstáculos y barreras en estas zonas.
-El control del riesgo de fuga.
Hay que crear un entorno libre de peligros, donde la persona pueda moverse con libertad y seguridad, y evitar que salga por las puertas que permiten la salida del centro residencial o hacia lugares peligrosos, bien con una supervisión adecuada, mediante vigilancia u otras estrategias como ocultar las puertas para que parezcan parte de la pared.
Del mismo modo, se debe realizar una adecuada planificación de los espacios, despejando la línea de visión de obstáculos, con continuidad espacial, lo que a su vez facilitará la orientación de la persona con demencia. La solución ideal suelen ser los circuitos en forma de bucle